Chihuahua, Chih., a 8 días de mayo de 2020
Debido a múltiples acontecimientos dentro de esta crisis (casi paranoia), que se vive por la pandemia, contingencia sanitaria y dificultades económicas, así como a múltiples mensajes en redes sociales y llamadas que sostuve con amigas y amigos de entre ellos de la policía municipal, me siento con la obligación de emitir este comunicado con toda responsabilidad, dirigido a las y los policías de Chihuahua y a la misma Alcaldía.
Se suman ya varios escenarios que nos hacen reflexionar y alzar la voz. La falta de conciencia, las malas prácticas y costumbres de la ciudadanía, la preparación académica o profesional de algunos agentes policiacos, el desapego y falta de interés de la Alcaldía para dirigir a buen puerto la situación, y la incapacidad del Municipio para motivar un buen ánimo y bajar dicha crisis en la que se encuentra nuestra comunidad.
Quiero reiterar a nombre de mi familia, nuestro agradecimiento a las y los elementos policiacos, pues lo que hacen por su comunidad y servicio invaluable es de mucho valor para nuestros hogares. Su esfuerzo inagotable, los riesgos que toman al continuar en funciones, el sacrificio de sus familias, y “hacer el bien sin mirar a quien”, es para mí suficiente para verles con admiración y respeto. Tengo el gusto de conocer a varias/os, y el honor de sostener una amistad de años con otras/os (no son pocos).
Sabemos muy bien que las y los elementos de la corporación, no son quienes toman las decisiones administrativas ni dirección de mando. Son una corporación valiente y destacada, forjada así en el transcurso de los años y por generaciones a pesar de las malas inversiones y decisiones que se han tomado recientemente. Distinguimos claramente entre ustedes, la Dirección de Seguridad Pública y la Alcaldía. El sello de la casa de la actual administración municipal en Chihuahua, es la falta de claridad y transparencia en el manejo de recursos. Sabemos pues, que es una decisión basada en los intereses económicos y políticos.
Vale la pena entonces preguntarnos, ¿qué ocasiona que el recurso se dirija a proyectos multimillonarios, mal hechos y con baja o nula efectividad como el “Escudo Chihuahua”? Denota descuidos que nos muestran que en lo general hace falta mayor cuidado tanto en lo técnico como en la formación y capacitación del personal policial. No contar con una debida figura del “policía de proximidad”.
En términos reales, genera que no haya capacitación y consciencia cuando presenciamos que agentes amenazaron e irrumpieron de manera violenta una vivienda; además de la “psicosis” que vivimos y la misma desesperación en casa por múltiples factores, se produce una falta de respeto del y hacia el ciudadano, y falta de conciencia en los actos; la crisis emocional aunado a la falta de inversión e insentivos en nuestros elementos policiacos, la inobservancia e incumplimiento de los protocolos básicos en el uso de la fuerza pública ante malos comportamientos, resistencia de arresto, arresto de mujeres y niñas o niños que debieron ser puestos en marcha por quienes arrestaron a una familia entera y pudimos ver a través de redes sociales y portales de noticias; y la violencia que hoy por la mañana con comerciantes del centro histórico, expusieron la falta de disposición de la autoridad municipal y de capacidad de la Alacaldía.
¿Por qué en lugar de mal gastar esos montos millonarios en obras “chafas”, no se incentiva con bonos a las y los policías o mejor aún, se invierte en su preparación constante? Estamos lejos de alcanzar lo dispuesto en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la “Integración de la Personalidad” de acuerdo al Programa Rector de Profesionalización que aplican: capacidad de negociación, control de la agresividad, estabilidad emocional, actitudes, adaptabilidad, amabilidad y alto sentido de responsabilidad. Que el o la agente policiaca aspire a ser “Policía Preventivo” con la acreditación debida y en estos tiempos necesaria como: Doctrina Policial, Ética Policial y Responsabilidades, Perspectiva de Género, Cultura de la Legalidad, Derechos Humanos, y Justicia Penal para Adolescentes Infractores, entre otros; para que no se presenten las faltas que en estos días sucedieron. El uso debido y consciente de la “Defensa Policial” como legítima defensa y saber repeler una agresión.
Hace falta invertir para aspirar a ser una mejor corporación y no simular con compras multimillonarias de tecnología que a fin de cuentas no está en contacto con la ciudadanía. Tienen un valor secundario, no primario. Que se entienda muy bien que la norma habla de la presencia de autoridad como “primera forma de contacto que tienen los agentes con la ciudadanía en general. 1) El uso adecuado del uniforme; 2) El uso adecuado de equipo, acorde a las circunstancias; y 3) Una actitud diligente. La utilización de armas incapacitantes menos letales, a fin de someter la resistencia activa de una persona; y la utilización de armas de fuego o de fuerza letal, únicamente para repeler las resistencias de alta peligrosidad.
Se requiere de todo menos violencia. Dijo Gandhi, “lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia”. A causa de las carencias expuestas, se engendra una polarización ciudadana innecesaria en estos tiempos de pandemia. El uso de la fuerza debe ser el último recurso a utilizar.
No caigan en provocaciones y encuentren el entendimiento de la situación que padecemos ante un hecho atípico y de fuerza mayor. No estamos en manos de cualquiera que sepa usar un garrote y tiene fuerza para someter por el solo hecho de ser policía, por ser “autoridad”.
Hacemos un atento llamado a la consciencia de las y los policías para poner por delante su humanismo y sentido social, su vocación de servicio. Deben comprender que en estos momentos la ciudadanía después de un encierro involuntario de casi ya mes y medio, ha generado actitudes no apropiadas. En algunos casos la necesidad les lleva a eso. También basaremos la esperanza a los valores y respeto a la autoridad que a pesar de las cirucnstancias, los ciudadanos debemos guardar ante cualquier agente del orden.
Son nuestro héroes sin capa y apelamos a la confianza a fin de cumplir con honor y justicia la misión policial de proteger y servir. No adopten la misma conducta de desinterés que la Acaldía.
Muy Atentamente,
Fernando Tiscareño